viernes, 13 de mayo de 2016

EL PEZ ESPADA Y SU NARIZ SINGULAR

EL PEZ ESPADA Y SU NARIZ SINGULAR
Franklin Pérez Guillén (6 años)




El pez espada estaba muy contento. Por fin había cumplido seis años, ya no le seguirían diciendo: “Bebé”. Ni: “Qué bebé espada tan lindo”. 

Sentía que era el momento de mirarse al espejo y ensayar varias poses para las fotos.

Así todos verán lo grande estoy, y que cada vez me parezco más a mi papá, a quien tanto admiro, se dijo.

Pero... lo que vio en el espejo no le gustó mucho. Su nariz era muy larga para su tamaño y no le permitía mirarse de cerca los ojos.

Fue donde estaba su papá y vio con detenimiento que su nariz  se le veía muy bien, requetebién.

Entonces le preguntó, si cuando era de su edad no se asustó del tamaño de su nariz. Y el papá le dijo que sí, pero que él fue donde su papá y le explicó que ya no le crecería más, solo le iba a crecer el cuerpo.

El pez espada que estaba cumpliendo seis años regresó al espejo y dijo:

Gracias nariz, disculpa por haber dudado, no todos los peces tienen una nariz tan particular.



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